Aunque creas que a veces no hay motivos para seguir, date cuenta de que estás vivo y eso es porque mantienes firme tu conexión con la vida.
En los tiempos de discordia.
En los tiempos de desconexión.
En los tiempos de separación.
En los tiempos de desconcierto.
En los tiempos de malhumor.
En los tiempos de ausencia.
Mantén la calma.
Mantén el sosiego en la tormenta.
Mantén aunque sea un mínimo hilo de conexión con tu alma.