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Amar la soledad

amar la soledad el salto de conciencia

Hay un espacio que es solo tuyo, donde nadie te observa ni tienes que dar explicaciones. En ese lugar de soledad completa puedes desplegar tus alas y entregarte al amor sin miramientos.

Has creído desde hace mucho que lo opuesto al amor es la soledad.

Durante años has oído que lo contrario al amor es el odio.

Cuando te pasaste al camino neoespiritual empezaste a repetir que lo opuesto al amor es el miedo.

Para comprender las cosas necesitas categorizar. 

Cuando usas el lenguaje no haces otra cosa que establecer categorías. 

Si te preguntas si eso es etiquetar o juzgar, la respuesta es: sí; pero eso no tiene nada de malo, es así simplemente porque el lenguaje se establece sobre esa base.

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Para y vuelve a empezar

para y vuelve a empezar - el salto de consciencia

Vivir la vida plenamente necesita de una firme decisión, un afán inagotable por la verdad y una voluntad de hierro para asumir cambios necesarios.

Estás caminando por ese camino que diseñaste y que se fue diseñando por tu propio caminar.

Vas bien.

A veces sientes que vas mal.

A veces no sabes si vas, vienes o dónde estás.

Y sigues caminando por ese nuevo camino.

Ya dejaste el viejo, abandonaste el caduco surco que te llevaba encallando desde hace años.

Y vas bien.

Te sientes bien. 

A veces sientes que vas mal.

A veces te sientes mal.

Y sigues.

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cuando la belleza llega a tu vida

Cuando la belleza llega a tu vida

cuando la belleza llega a tu vida

Cuando limpias la mirada, te refrescas el rostro y dejas de obsesionarte con todos tus males, encuentras lo bello en lo que antes hubieras hallado feo a primera vista.

Ocurre de repente un día en que llegas a creerlo.

Te levantas una mañana y te lavas la cara con agua fresca y te secas y no sabes por qué pero sientes como si hubieras lavado un pesar muy viejo.

Entonces, por la ventana, ves el mismo paisaje de siempre pero diferente.

Hay más luz o eso te parece.

Miras al cielo y está algo nublado, no hay más luz real que otros días.

Sin embargo algo se ha iluminado.

Nada distinto hay en la realidad, sigue igual que siempre, solo que lo ves diferente.

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Ya estás en casa

ya estás en casa

Aunque fuerces, aunque te escapes, aunque deshagas fronteras, hay un lugar del que nunca podrás huir. Ese lugar es el que habitas, el ti mismo, tu ser más esencial.

Hoy coges un avión otra vez.

Un nuevo cruce a través del océano y ya van tantos…

Llevas años buscando tu lugar, esperando llegar a casa.

Hace años, desde que soltaste amarras, estás esperando el momento en que un cartel te indique el camino y una casa se cruce a tus pies con un cartel de ‘Bienvenido a tu hogar’.

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Un cansancio infinito

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Y un cansancio infinito te llega de repente como un regalo de fin de año, y te duermes intensamente roto y con una sonrisa que no se quita de tu boca.

Hay días en que te levantas dispuesto a comerte el mundo con una energía única y arrolladora.

Días en que la mañana luce soleada y tú compites con ese sol y ni precisas encender la luz.

Hay días así.

Observas, sacas una cuenta rápida y descubres que cada vez son más los días de este tipo.

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Huye de huir

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No siempre puedes darte cuenta de que huyes mientras huyes. Lo más habitual es que creas que estás yendo hacia lo correcto cubierto de explicaciones, argumentos, excusas, razones…

Huye de huir.

Si hay algo verdaderamente de lo que huir es de huir.

Huir de la falsa paz que te reporta la huida.

Huir de los tropiezos y caídas de tu propia huida.

Huye de huir de ti.

Huye de esa tentación permanente de no mirarte hacia adentro.

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La única salida es hacia adentro

la unica salida es hacia adentro

Cuando decides por fin dejar de buscar por buscar sin saber qué buscar comienzas el auténtico camino que te lleve a algún certero encuentro.

Estás dando vueltas y vueltas alrededor de ‘tu problema’.

Estás buscando una salida.

Necesitas un cambio y lo sabes.

El miedo hace tiempo que se ha apoderado de ti, los temblores invisibles e internos que nadie ve son cada vez más visibles y evidentes para ti.

Quieres dar un paso hacia algún lado, hacia cualquiera, no importa ya el rumbo mientras te saque de donde estás.

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arriesga hasta donde te alcancen tus fuerzas

Arriesga hasta donde te alcancen las fuerzas

arriesga hasta donde te alcancen tus fuerzas

Arriesgarse no es ser un kamikaze arrasándolo todo y arrasándote. Arriesgarse es ser tan valiente y osado como para aceptar los miedos que te impiden arriesgar.

Arriésgate siempre, y arriésgate siempre que puedas.

Acepta que hoy no puedes arriesgar, perdónate.

No estás obligado a arriesgar pero no te quedes ahí cuando el riesgo se haga necesario.

No has de arriesgar o no arriesgar impulsivamente. Has de observarte cómo estás, qué puedes y qué no puedes.

Mide la distancia y arriésgate siempre que puedas.

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Cuando te aceptas de verdad

Cuando te aceptas de verdad no dejas entrar en tu vida a quien te rechaza.
Cuando te aceptas completamente tal cual eres, tal cual estás, no tienes lugar para albergar a quien niega tu presencia.
Cuando estás plenamente consciente de tus bellezas y tus fealdades y acoges en ti con amor tanto tu canto de alegría como tu corazón deshecho, no tienes espacio para quien no valora tu ser completo, para quien se queda solo con un lado de ti y evita la otra verdad.

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Seguir los impulsos

seguir los impulsos

Hasta que no camines por ese camino, no sabrás si es el que te llevará a tu mayor bien o a tu peor incertidumbre.

Hay una delgada línea que separa aquello que juzgas que está bien de lo que consideras que está mal. En ti se libra a menudo una batalla por discernir acerca de por qué haces lo que haces, desde dónde actúas, si has de actuar o has de dejar que las cosas sucedan sin intervenir.

Hay un delgado límite por donde sueles transitar en busca de tu equilibrio y es normal que invariablemente pases a uno y a otro lado. Sueles pensar que estar en el centro, en equilibrio es como caminar por un surco muy estrecho, tanto que se te hace semejante a la cuerda del funambulista. Y claro, antes o después caerás.

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