Haz puesto un bonito lazo a tu corazón para entregarlo y ahora no puedes deshacer el nudo que ha quedado.
Desenreda los nudos, deshace los lazos y camina lentamente abriendo de a poco el corazón.
Y ten en cuenta empezar por el principio, seguir todos los pasos y no querer llegar antes del momento oportuno.
Y ten en cuenta ir haciendo todo a la vez, por pasos pero sin desatender lo que ya esté abierto de cada etapa o jamás empezarás a caminar.
Desenreda los nudos.
Esos que te aprisionan, esos que te bloquean el movimiento fluido.
Desenreda eso que dejaste atado solo por no saber cómo empezar a desatar y se fue enredando cada vez más, se fue haciendo una pelota.
Ve con paciencia.
Empieza con uno pequeño y siente la sensación de triunfo.
Y, enseguida, empieza con uno bien grande y desenreda un poco, y luego ya sigues otro día.
Desenreda aquello que haya quedado anudado o impedirán tu andar.
Desanuda suavemente con decisión, dolor y alegría.
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