El amor es esa fuerza que subyace sosteniéndonos la vida mientras atravesamos este espacio que transcurre entre nuestra concepción y nuestra muerte.
El amor es algo con lo que naciste.
Tu amor estaba en ti desde antes de nacer.
¿Te recuerdas en el vientre de tu madre?
¿Recuerdas las caricias, las palabras de amor, las risas, los deseos amorosos que vertían sobre ti?
¿Recuerdas ese espacio de seguridad, crecimiento constante y ausencia de hacer?
¿Recuerdas que traías ese amor desde antes de ver la luz, desde antes de entrar en esta vida y soltarte del cordón?
Lo recuerdas cuando lo oyes aunque no lo recuerdes.
Te resuena aunque te suene por primera vez.
Lo sabes.
El amor no muere, no puede morir, vivía desde antes de nacer.
Lo que no nace no puede morir.
Y el amor no nació nunca en ti.
Ya estaba allí, venías con eso, eras eso.
¿Te recuerdas en el vientre de tu madre?
¿Recuerdas sus miedos, sus dudas sobre ti, su inseguridad sobre su futuro y el tuyo?
¿Recuerdas los malos momentos, las peleas, los miedos que lanzaban los médicos sobre tu madre y sobre ti?
Aquel espacio era un lugar seguro ante la constate inseguridad.
Pero el amor continuaba allí pese a todo, ya estaba desde antes y no lo pudo destruir ningún dolor, ningún pánico, ningún incendio del corazón.
Tu amor jamás va a fracasar, tu amor jamás ha fracasado.
Tu madre te abandonó, tu hijo se fue de casa y no te habló nunca más, tu hermano se peleó contigo y no lo volviste a ver, tu amigo se ofendió y no te responde más, tus parejas te dejaron tirado y sin ninguna explicación, te fuiste a otro país y quemaste las naves sin mirar atrás…
Pero nunca fracasó el amor.
El amor siempre ha estado en ti y sigue allí. Share on XOcurrieron cosas, algo pasó, algo les cambió el rumbo, alguien no supo qué hacer, alguien no pudo hacer otra cosa, alguien no quiso más, alguien descubrió que debía cambiar de camino, tú te hartaste de soportar, te bloqueaste, te enfadaste, te cercaste el corazón con alambre de púa…
Pero nunca fracasó el amor.
El amor siempre fue tu triunfo. El amor siempre ha estado en ti y sigue allí.
Puede que lo lleves suelto, al aire y feliz, o puede que lo tengas aprisionado y casi sin respiración, pero sigue ahí, no podrá extinguirse nunca.
El amor no muere jamás.
A todas las personas que has amado, las sigues amando de algún modo aunque se hayan extinguido los lazos de unión.
¿Por qué te empeñas en decir que el amor se acabó cuando tu relación de pareja terminó?
No, la relación concluyó su trayecto, esa compañía ya no despertaba lo mejor del amor o, incluso, lo envilecía, el continuar juntos atentaba contra el amor, pero el amor jamás podrá acabar.
Lo sabes.
Dibujos: Cath Riley
Sincérate ante ti, confiesa:
¿Cuántas veces te has visto sin darte cuenta trasladándote en un sueño despierto a alguna época de algún año pasado y reviviste aquel amor con aquella persona con quien se acabó tu relación hace tanto?
¿Cuántas veces te ha ocurrido eso?
Aunque estuvieras feliz en una relación amorosa de pareja, en ciertos momentos algo te transportó, un detalle insignificante activó el recuerdo y reviviste aquel instante antiguo de intenso amor junto a otra persona.
¿Has notado que la sensación era muy vívida?
El sentimiento era el mismo, estabas amando nuevamente a aquella persona que hace tanto habías dejado supuestamente de amar.
Y es que el amor sigue allí, el amor es tuyo y es inextinguible por el solo hecho de ser amor. Share on XY es que el amor sigue allí, el amor es tuyo y es inextinguible por el solo hecho de ser amor.
No, no muere el amor.
Y a aquellas personas que has amado, de alguna manera, las sigues amando, ese amor que despertó sigue en ti y te alimenta día a día y te ha hecho crecer y te ha hecho aprender a amar mejor.
Y esas personas, de alguna manera, te siguen amando, a esas personas les has ayudado a que despertara su amor.
Aunque haya sido un día que te hayas cruzado con ella, aquella chispa que surgió cuando vuestras miradas se penetraron y vuestras lenguas se enlazaron, encendió una mecha que ilumina desde adentro los días oscuros.
El amor no muere, no puede morir.
Y hay intensidades, sí, las hay.
Y en el amor de a dos, a veces confundes pareja con amor, sexo con amor, enamoramiento con amor, amistad con amor, compañerismo con amor.
No siempre coinciden, no tienen por qué.
Hay amores con los que has convivido años y la fuerza amorosa ha sido tímida, casi imperceptible.
Y hay, incluso, amores inmensos, que aunque no se hayan encontrado nunca físicamente, sus almas se han acercado tanto que el amor era indudable a miles de kilómetros incendiando de aroma de azahar el océano en plena noche.
El amor no muere, el amor trascenderá tu propia muerte.
El amor jamás podrá morir.
Leandro Ojeda López