No te prives de lo mejor, regálate la vida de tus sueños. Y para lograrlo, cuida que tus sueños sean ajustados a la realidad y posibles de verdad; si ves que no es así es que no estás soñando buenamente, simplemente estás delirando febrilmente.
Hazte una promesa, un compromiso de esos que no se deben transgredir, plantéate vivir a partir de hoy la vida de tus sueños.
Y para empezar, define bien qué es eso de vivir la vida de tus sueños.
Vivir la vida de tus sueños es una frase hecha que te remite a algo parecido a estar todo el día tirado en una playa tomando el sol sin preocupaciones ni obligaciones de ningún tipo. Una imagen como esta es la que suele venirte.
Una imagen como esta no es más que una postal imaginaria, estática e irreal. Una postal como esta no incluye realidades obvias, no incluye el viento que molesta y te llena de arena, no incluye una insolación que sobrevendrá antes o después, no incluye los días de lluvia, no incluye las estaciones del año, no incluye el hastío que podría producirte un ocio tan exagerado, no incluye que al poco tiempo llegarás a sentirte un inútil inservible sin hacer nada, no incluye que finalmente esa vida de sueños de postal se transforme en la peor vida que pudieras imaginar.
¿Y si vives la vida de tus sueños y resulta que pasas las noches entre pesadillas? En ese caso no vivirías sino pesadillas aunque sería la vida de tus sueños. ¿Quieres eso? Seguro que no.
¿Y si quieres vivir la vida de tus sueños y tus sueños son cosas inalcanzables en la realidad y cuando despiertas vives la pesadilla de la frustración por no poder materializar tus sueños? Estoy seguro de que no es lo que deseas.
Así que lo primero que habrías de hacer es ajustar tus sueños y confirmar qué vida te gustaría vivir. Y más que pensar en las cosas externas, las situaciones, los lugares, la gente que te rodea, sería mejor que te centraras en cómo te sientes y cómo te gustaría sentirte.
Tampoco delires y te vayas a lo que sabes que no puede ser, es decir, no te pongas con palabras totalizantes como felicidad, paz o amor incondicional, sé un poco más realista.
Rastrea tu vida con un rápido repaso mental, fíjate cómo ha sido en general, pregúntate si estás satisfecho con ella, si estás satisfecho con cómo se desarrolla ahora, si estás satisfecho con el rumbo que se pronostica para un futuro.
Y fíjate también en tus insatisfacciones.
Sé justo, no te pases en castigarte ni tampoco en disculparte. Sé justo. Así empiezas a mirar acorde a la realidad, a lo que es y no a las fantasías que te alejan de lo real.
Y piensa cómo te gustaría sentirte mañana.
¿Te gustaría sentirte súper feliz mañana mismo?
Pues si es así vuelve a empezar porque estás delirando y a lo sumo conseguirás un estado de euforia momentáneo que te hará retroceder más rápido de tus objetivos.
Sueña un estado de ánimo principal. Acepta que ese estado de ánimo no podrá ser nunca plano, tendrá altibajos.
Sueña cómo será tu relación con los demás, qué tendrás para ofrecer, cómo servirás. Sueña más en eso que en lo que recibirás de los demás, seguramente lo que recibas dependa mucho de los otros y menos de ti, así que manipula menos y ofrécete más.
Imágenes: Carl Warner
Empieza entonces por limpiar tus sueños. Empieza por estar mejor con lo más cercano. Y luego ponte a soñar desde lo íntimo, sentido y posible, y así verás cómo irás cumpliendo sueños.
Piensa que puede ser un ejercicio de ir viviendo pequeños sueños hechos realidad.
Y no dejes de tener esos sueños grandes e imposibles también, esos te ayudan a vivir esos momentos de ensueño que te regocijan el alma; no importa que no se cumplan, ya cuentas con eso, lo bueno es que al salir del ensueño verás que estarás viviendo ya la vida de tus sueños, esa vida hecha de sueños pequeños que al igual que las cosas pequeñas de tu vida son las que en verdad conforman tu vida.
Regálate una flor, regálate un beso, regálate una caricia, regálate un deber cumplido, regálate regalar algo a alguien que quieres, regálate un buenas noches, regálate una caminata tranquila, regálate verte de verdad por dentro, regálate escuchar qué tienen para decirte, regálate hacer balance de quién eres, dónde estás y adónde vas, regálate poner los pies en la tierra, regálate dejar volar la imaginación, regálate algo más que un sueño, regálate una vida plena aquí, ahora, después, mañana y ayer.
Regálate la vida de tus sueños, pero una vida que sea de verdad.
Leandro Ojeda López
Cuando tienes lazos, muy fuertes como pareja e hijos, como dar ese salto de irte 1 mes a peru, como es mi sueño. O de mochila por uruguay. Puedes hacer ese salto sin culpabilizarte de dejarlos e irte???
Hola, Gloria, la respuesta está en cada uno. Lo que planteas es lógico, e indagaría la idea que expresas de culpabilizarte, por ahí habría que empezar a mirar. Si se puede dar, por mi experiencia te digo que sí, aunque también me parecía impensable en su momento. Pero cada uno sabe lo suyo.