Lo único que has de hacer es estar vivo

lo único que has de hacer es estar vivo

Permite que el sol te bañe de luz, permite que tu luz bañe al mundo.

¿Te has fijado en los árboles de tu alrededor?

Ellos están ahí.

Permanecen y viven.

Viven hasta el día de su muerte.

Hasta ese día, viven.

No tienen que hacer nada más, o eso imaginamos.

Tú no tienes que hacer nada.

Tienes que estar.

Tienes que estar plantado en tu vida.

Tienes que vivir.

Nada más.

Si ya conoces o intuyes el sentido de tu vida, tus pasos te conducirán por las metas correctas.

No has de hacer gran cosa, pero sí las grandes cosas a las que has de enfrentarte.

Serán las ya consabidas, y las inesperadas, pero que esperas que aparezcan inesperadamente.

No será más que ese andar sabiéndote coherente con lo que haces, piensas y sientes.

Será algo que hervirá en tu sangre, una pasión irrefrenable que te conduce por el buen camino y que nada puede detener.

Eso es vivir.

Vivir tu pasión es vivir intensamente con todo tu cuerpo y tu alma. Clic para tuitear

Vivir tu pasión es vivir intensamente con todo tu cuerpo y tu alma.

Y no tienes que hacer nada.

Eso será todo.

Tu camino camina transcurriendo, no has de ir, has de cumplir gozoso ese buen camino.

No tienes que sobrevivir.

Sobrevivir es vivir por encima del vivir.

Cualquier cosa por encima o por debajo está fuera del vivir.

–Esto no es vida–, te dices cuando te dedicas a sobrevivir.

Y es verdad, no es vida, no es vivir.

Te has criado en la cultura del sobre-esfuerzo, del sobre-cansancio, del sentir que no puedes conseguirlo si no te sobre-sacrificas hasta el último día para que tus hijos vivan en el sub-esfuerzo, en el sentirse todopoderosos sin tener que mover un pelo para conseguirlo, solo creyendo la extraña creencia de que el pensamiento, el deseo, el sentimiento por sí mismos crean la realidad de manera literal.

Y te dedicas a sobrevivir.

Y te tomas un período al año para vivir al que llamas vacaciones

Y te tomas unos ratos al día para vivir a los que llamas salir a dar una vuelta a ver escaparates.

Y te tomas unos ratos al día para vivir la vida de otros frente al televisor y tomar cerveza hasta adormecerte más de lo que estás.

Y en ese sobrevivir se te olvidan tus mejores sueños, aquellos realizables, aquellos que son el propósito y sentido de tu vida.

lo único que has de hacer es estar vivo

Pinturas de Erin Hanson

Lo único que has de hacer es estar vivo.

Y eso es lo mismo que estar soñando todo el día, que es exactamente lo contrario de estar dormido todo el día.

Cuando vives en el buen sueño, ya no distingues la noche del día, ya no distingues un sueño en vigilia de un sueño en la noche de tu cama.

Ya tu vida se transforma en tu sueño madurado y tus sueños se convierten en la vida que vives.

¿Sabes si los árboles de tu alrededor tienen un sentido de vida?

Tal vez sí y tal vez no, y si tal vez sí, tal vez algunos vivan con sentido y otros marchiten antes de haber vivido.

Así que no hagas nada, no hagas nada que sea simplemente nada, solo vive.

No quieras sobrevivir y menos malvivir.

Solo vive.

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Vive con lo que tengas, con lo que venga.

Vive este amor y vive este desamor.

Vive este encuentro y vive este desencuentro.

Vive este nacimiento y vive esta muerte.

Vive este éxito y vive esta derrota.

Vive en la dicha perfecta y vive en la completa amargura.

Vive en este exacto momento en que eres luz para la gente y vive en esta máxima incertidumbre.

Vive como si hubieras vivido siempre y vive como si vivieras por primera vez.

Vive, no tienes otras obligaciones hoy que no sea vivir.

Vive, tu agenda se ha incendiado y no se fabricará ninguna más.

Vive, nadie te llamará para recordarte que has olvidado la cita.

Vive, este segundo no espera, este segundo transcurre, este segundo te abraza.

Vive como si no hubiera tiempo ni espacio.

Simplemente no hagas nada, nada que no sea vivir.

Simplemente, vive.

Ya estás aquí.

Ya estás puesto en la pista en que se vive la vida.

Ya estás vivo.

Ahora, vive.

Sigue así.

Permanece vivo.

Leandro Ojeda López