Puedes elegir vivir


puedes elegir vivir

Si supieras la cantidad de veces que estás en disposición de elegir, no sentirías esta condena, no estarías preso de ti, andarías atento a cuando pudieras elegir y te afanarías en elegir a conciencia.

Puedes elegir.

No siempre, pero muchas veces puedes elegir.

Puedes elegir cómo sentirte, puedes elegir qué sentir, puedes elegir el día en la noche, puedes elegir que una visión más constructiva prevalezca sobre otra que no te provoca más que malestar y que ni siquiera es más real.

Puedes elegir qué sentir porque el sentir no es solo emoción sino también pensamiento, idea, razón y está mucho más a tu alcance. Y puedes hacer que el sentimiento domine sobre la emoción pura que se acostumbra fácil a la rutina.

Puedes elegir.

Así has sido dotado.

Tienes el libre albedrío, te ha sido dado.

Tal vez no puedas decidir lo que te ocurra, sino cómo observas, cómo asimilas, cómo te tomas eso que te ocurra. Y si reaccionas del modo más adecuado, puedes provocar que lo siguiente que ocurra sea distinto a lo que hubiera pasado de haber tomado tu actitud habitual. Puedes provocar un río de cambio con cosas sencillas. Puedes cambiar el camino por el que venías encallando.

El solo hecho de elegir cómo observar puede implicar un cambio sustancial. Si eliges bien, posiblemente vayas más rápido adonde vas y no necesites volver a repetir los viejos problemas una y otra vez.

Se trata de que elijas cómo observar, no que te pongas unas gafas rosadas para verlo todo de color de rosa. No, nada que ver, eso de que las cosas cambian de acuerdo a las gafas que usas es una metáfora que te indica que tal vez no tengas la graduación correcta o un filtro adecuado. A veces te puede servir pero, en general, has de ir sin gafas de colores, deberás tender a ver la realidad tal como es. Si tu bebé se cae y llora no te pongas a bailar y a reír, ve a atenderlo y ve ya.

No se trata de que pienses en positivo, de que te repitas frases en el espejo una y otra vez que no puedes llegar a creerte o que sabes están desconectadas de la realidad.

Cuando te repites esto partes de la base de que no es algo instalado en ti e intentas autohipnotizarte a fuerza de repeticiones.

Tú sabes internamente que no es algo presente y lo que acabas haciendo es echarte en cara lo imbécil que eres, lo feo que eres, lo desgraciado que eres, lo inútil que eres, lo indigno que eres.  Y no eres eso.  Ahí seguro que estás mirando otra realidad deformada con tus gafas rayadas de cristal oscuro.

Trata de mirarte tal como eres, como eres ahora, de verdad, sin mentiras… Y desea también, pero desea pasos que se te hagan creíbles, que sientas posibles. Eso es muy distinto. No es nada mágico en absoluto, todo lo contrario, es algo que sí puedes y que te permite elegir tranquilamente sin ansiedad.

puedes elegir vivir

Puedes elegir.

Puedes mirarte al espejo y observar una nueva arruga, o puedes mirarte observando la belleza de ese nuevo surco, y, mejor aún, puedes mirarte y no ver nada de lo que se ve en la superficie. Puedes mirarte al espejo y observar tu alma pura, radiante, inocente, feliz. O incluso con dolor, cansancio, rencor y reconocerlo y pensar cómo harás para cambiar eso en la medida de lo posible.

Puedes elegir aceptar; no resignarte, aceptar.

Puedes elegir.

Pero no tienes que elegir una cosa u otra solamente, no tienes que elegir siempre lo que percibes como ‘positivo’. Cuando miras así lo positivo, lo ves como un extremo, como un polo, igual que ves así lo negativo. Cuando eliges vivir solo lo positivo, estás viviendo solo un extremo de tu vida, una partecita, te dejas fuera todo el centro y el otro lado, ese que sientes internamente tantas veces presente pero que no quieres ver.

No elijas vivir una parcialidad, elige vivir al completo.

Vive lo ‘negativo’ a fondo, elige que sí quieres vivirlo y verás como de a poco y con paciencia el miedo se diluye, una valentía en ti que no conocías te fortalece y los fantasmas ocultos se amedrentan y huyen.

Puedes elegir vivir lo que tengas que vivir.

Puedes elegir vivir lo mejor para ti hoy, sin huidas y sin marginar nada.

Así que elige, y elige vivir.

Puedes elegir entre vivir vivo o vivir muerto.

Simplemente elige.

Simplemente elige vivir.

Leandro Ojeda López


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