Los días de uno en uno

los-dias-de-uno-en-uno-el-salto-de-consciencia-2

La paz que buscas no va a estar en que tu interior y exterior se presenten felices. La paz que buscas va a estar en que aceptes con la entrega cada euforia y cada agonía.

Cuando sientas que hoy no puedes, que hoy es un día que se tuerce y luchas por reconvertir, por volverlo positivo aún a costa de más sufrimiento, déjalo ser, déjalo transcurrir, permite que se exprese en toda su tragedia.

Espera al siguiente día mientras experimentas el día tal como viene.

Ríndete a la evidencia, es preferible la abulia, la apatía, la resignación a que sigas desgarrándote porque las cosas se den como tú quieres cuando obviamente son de otra manera.

Ríndete, resígnate a admitir que no eres todo poderoso, permítete el fracaso, deja que las cosas se deshagan, se desarmen, se marchiten.

No fuerces la remontada o correrás un gran riesgo de que todo se destroce sin muchas opciones de reconstruir.

Entrégate a tu imposibilidad, acepta que hoy no puedes, y que mañana tal vez.

No te obligues a un sí puedo forzado y no sentido o podrás condenar tu mañana a un nuevo fracaso, y otro mañana y otro y otro, hasta que tu falta de poder sea tu esencia.

Déjalo transcurrir.

Vívelo como parte de la vida.

Ve viviendo cada día, de uno en uno.

No implica que dejes de proyectar, no implica que dejes de recordar, pero ve viviendo de uno en uno tal como vaya siendo.

La paz que buscas no va a estar en que tu interior y exterior se presenten felices.

La paz que buscas va a estar en que aceptes con la entrega cada euforia y cada agonía.

La paz que buscas va a estar en que aceptes con la entrega cada euforia y cada agonía. Clic para tuitear
los-dias-de-uno-en-uno-el-salto-de-consciencia-3
Fotografías: Hengki Koentjoro

Cuando no aceptas el dolor que vives, no te estás queriendo.

No estás queriendo a este que eres, estás queriendo ser otro.

Estás queriendo a otro no a ti.

Quiérete así, no seas otro, no esperes a ser otro.

Si deseas cambiar, hacerte de nuevo, rehacerte, está bien, pero no podrás rehacerte desde otro, solo podrás hacerte desde este presente que eres ahora.

No es lindo estar en esos días malos, lo sé.

A veces todo va bien, llevas una temporada magnífica y, de repente, todo se tuerce, todo lo ves de oscuro. Temes a que aquellos malos tiempos vuelvan a habitar tus días y no sepas cómo volver a salir, con lo mucho que te costó la última vez.

En esos días, lo mejor que puedes hacer, es dejar que pasen, vivirlos de manera atenta para ver si hay señales, avisos de cosas que reacomodar y aceptar, nada más.

El mañana será otro día te puede funcionar muy bien, puede ser mucho más que un refrán.

Simplemente abandónate y no des poder al miedo, no refuerces con tu miedo el miedo, no lo alimentes, deja que se diluya o que cumpla el cometido para el que fue convocado.

Y así también, en este día de hoy que vives como una bendición, vívelo como lo que es, como un día más y a la vez el único día que estás viviendo.

Vívelo sin aprisionarlo, sin obligarle a que deje una marca en ti para ser repetido.

Te puede parecer una buena idea repetir una y otra vez este día espléndido, pero lo más seguro es que pueda ser muy aburrido.

Vive los días de uno en uno.

Deja que los días se expresen y que tú seas parte activa y consciente de cada día.

Mañana será un nuevo día y puede ser mejor que hoy.

Pero hoy es el único día por el que puedes transcurrir.

Leandro Ojeda López