Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me dio el corazón que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro al bueno tan lejos del malo
Violeta Parra
Gracias por las bendiciones que nos da la vida.
Gracias por encontrar la fuerza para expulsar las maldiciones.
Desde chiquito te enseñaron que es de buena educación dar las gracias.
Y es cierto, hay muchas cosas que te enseñaron de chiquito que eran buenas.
Y hay cosas que has practicado y otras que has desistido de hacerlas por mil razones.
Por ejemplo, porque quien te enseñaba aquello vivía criticando, injuriando y maldiciendo.
Bueno, perdona y sé consciente ahora de que por el ejemplo es como se aprende.
Así que conviértete en ejemplo, primero para ti y luego para tu descendencia y tus hermanos y vecinos y para quien te encuentres en el mercado y al cruzar la calle.
Que dé gusto verte, que sea una bendición cruzarse contigo.
Que sea un regalo de alegría para el que pase a tu lado.
Que seas casi un augurio de buena fortuna.
Que seas un halo de paz y calma para el que se cruce contigo.
Pero que no sea fingido, que no sea un dogma, que no sea una interpretación de paz, amor y alegría catatónica.
Que no serás así en todo momento, que habrá momentos en que no serás ninguna bendición para nadie sino todo lo contrario.
Acéptalo y estate atento para observarlo y retírate si puedes y busca el origen del mal y expúlsalo apenas puedas.
Pero tampoco lo disimules, tampoco hagas alarde en esos momentos de buen rollo porque no serás creíble y lo que salga de tu boca será tan solo un mal ejemplo, una indicación para seguir un camino contrario al que predicas en desintonía.
En un estado de odio, ira u orgullo no puedes predicar bondad, alegría y agradecimiento.
Es preferible que quites lo primero de todo el orgullo para cubrirte ante todo de humildad, así serás honesto y evitarás disonancias visibles y podrás observar lo que te ocurre tal como te ocurre.
Pero sigue cubriéndote de todo lo bueno que encuentres dentro de ti y remójate en todo lo bueno que encuentres fuera y aprende de todo aquel que veas que puede servirte de ejemplo a imitar.
Avanza, camina hacia ese ser de bondad y gracia que está en ti y que quiere gobernar en ti.
Por eso rescata aquella tan buena enseñanza que te dieron de chiquito, da gracias todo lo que puedas y a todo lo que puedas y merezca ese agradecimiento.
Dar gracias todos los días y luego muchas veces al día te va cambiando el estado de tu ser, te va haciendo valorar la vida, te va dando luz sobre las partes buenas que tenías ocultas por priorizar la oscuridad.
Da gracias, al principio, aunque tan solo sea porque sí.
Piénsalo como un ejercicio que haces en el gimnasio del agradecimiento, ejercita el músculo que da gracias para dar lugar a que entre en ti la gracia.
Gracias por este día.
Gracias por por la oportunidad que me das de escribir estas líneas y que las estés leyendo.
Gracias por este teclado que hace lo posible por interpretar el sentido de mi alma con palabras que indefectiblemente se quedan cortas.
Gracias por la luz que entra por mi ventana intentando apaciguar algo el dolor de mi cabeza que vaya a saber por qué se ha instalado hace un rato complicándome la escritura de estas líneas.
Gracias por la fuerza de voluntad para sobreponerme a las dificultades y cumplir con mi labor.
Gracias por el mar que puedo ver desde la misma venta.
Gracias por la música que rellena mis espacios vacíos.
Gracias por estar ahí.
Gracias por el don del discernimiento para permitirme distinguir mentira de verdad, bien de mal.
Gracias porque existen flores que me alegran tanto cada vez que las veo y por la bendición de poder apreciar la belleza de las flores y no ser indiferente a ellas.
Gracias por los años que viví, por los que disfruté y los que no disfrute pero que me han traído hasta esto que soy ahora.
Gracias por la poesía y por mi hijo y por mi madre y por la gracia de poder ver el amor en los ojos de tantos y tantos hermanos que dan sentido a la vida.
Gracias por la gracia.
(Si te has fijado acabo de abandonar la segunda persona y he pasado a expresarme en primera persona, cosa que he hecho en muy poquitas ocasiones en este blog, pero dar gracias es algo absolutamente personal y no puedo decirte por qué has de estar tú agradecido, solo puedo hacer lo mío e intentar ser coherente con aquello del ejemplo que te mencioné antes, no porque crea que sea ejemplo de nada, sino porque con lo poco o mucho que seas simplemente has de ser; y si alguien se siente inspirado de aquello, lo vives no con orgullo sino como bendición y esta última siempre está llena de humildad.)
Y ahora, sigue tú, ve haciendo tu lista de agradecimiento y hazla cada día y llévala a tu vida en todo lo que puedas.
Yo por mi parte concluyo solo con esto:
Gracias por tantas cosas y hasta por lo que aún no he llegado a ver que merece agradecimiento.
Leandro Ojeda López
Quería acompañar este texto de una interpretación, a mi juicio, excepcional de la canción “Gracias a la vida” de Violeta Parra por Albert Pla y Judith Farrés, una interpretación que conmueve y llega a lo más profundo del alma. Ojalá la disfrutes como yo lo hago.
Gracias por estar ahí ,gracias por ser quien eres y por ser quien soy ,gracias por la experiencia de haber conectado con otros seres en mi camino de búsqueda hacia quien soy ,gracias a la vida que me permite desaprender y así recordar quienes somos y para que estamos aquí .
Con todo mi amor GRACIAS,GRACIAS,GRACIAS
Mil gracias, Inmaculada por cruzarte en mi camino. Fue un gusto compartir contigo y con otras almas hermosas una mañana de sábado. Mil gracias.
Gracias por la voluntad de leer mis torpes líneas escritas a veces ciegas de desesperanzas, gracias por cada una de mis lagrimas regadas cada vez que leía ,gracias por tu compañía con tus letras invisibles y visibles por las cuales reaccionaba mi mente,,gracias por estar junto a mi sin estarlo, gracias por el poder del tiempo sin aun medir el valor del mismo ,gracias por que sin saber de mi entraste en mis problemas , gracias a mis problemas que se dieron y me hicieron conocerte, gracias por la luz que ilumino mi tempestad, gracias por la claridad que dio luz a mi soledad, gracias por la gracia de cada día volver a amanecer, gracias por los miedos que aprendí a conocer, gracias por cada uno de los pasos que di sin saber reconocerlos ,gracias y mil gracias no terminare de agradecerlo por cada instante de mi vida vivido y que seguiré viviendo, gracias Leandro por quien eres y porque lo sigas siendo.