Cuando pretendas tener el control de todo, antes o después, te verás abocado a tener que retomar el control de tu descontrol.
Abraza la incertidumbre.
Observa el miedo que late en tu interior al saber que no tienes el control de todas las cosas por venir.
Observa cómo crece el miedo a medida que te niegas a que las cosas se sucedan como no quieres que sucedan.
Observa como luchas por corregir el timón ante el temporal que violenta el barco y te niegas a echar el ancla o a esperar que amaine.
Observa tu desesperación irracional por pretender que tu futuro calce con la imagen que te has hecho de tu futuro.
No dejarás de luchar inútilmente hasta que no aceptes la realidad y que no sabes exactamente qué pasará.
Lo incierto no es real, es lo que no es cierto, lo que es falso, es donde estás situado ahora, en la falsedad de pretender que sea cierto lo que has pergeñado y que solo en el futuro podrás corroborar.
La incertidumbre es otra cosa, la incertidumbre sí es cierta; que no sepas qué sucederá en realidad, sí que es completamente cierto.
La aceptación de la incertidumbre y la cabezonería de convertir en cierto lo incierto, de alguna manera, son opuestos.
Para abrazar la incertidumbre, para aceptar que no sabes lo que no te está dado saber, necesitas humildad, fe y paciencia. Share on XPara abrazar la incertidumbre, para aceptar que no sabes lo que no te está dado saber, para reconocer tus límites, necesitas humildad, fe y paciencia.
Para que lo incierto se haga cierto necesitas violar las reglas, vulnerar lo invulnerable, develar velos velados para tu cuidado, negar lo evidente; necesitas prepotencia, incredulidad e impaciencia.
Abraza la incertidumbre.
Reconoce tus limitaciones.
Vence al miedo aceptando tus temores y debilidades.
Date cuenta de que no podrás saberlo todo, que hay cosas que no dependen de ti, que surgen imprevistos.
Sé cauteloso, precavido, programa, planifica, arriésgate, juégate… pero ten en cuenta siempre que no podrás saberlo todo, que puede salir mal, que te puedes equivocar, que tu interés puede diferir del deseo de otro, que las cosas a veces serán como quieres que sean y otras serán como sean, quieras o no quieras.
No eres el rey del mundo, el mundo no gira a tu alrededor, las cosas no harán tu voluntad por más que les ordenes, declares y decretes, y los demás no son cosas, así que menos que menos harán lo que quieras por que sí, a no ser que seas un cruel manipulador, un perverso que domina y sojuzga en vez de amar a su prójimo como ha de ser.
Fotografías: Laura Len (www.lauralen.com)
Abraza la incertidumbre porque es lo único que puedes hacer, porque es lo cierto, porque es verdad.
Lo incierto no será cierto aunque hagas magia para que lo sea.
Pero detrás de la magia siempre hay truco, porque es falsa, porque habita en la mentira, en el engaño y en la simulación.
Si quieres usar la magia para crear tu realidad como quieres caprichosamente que sea, necesitarás convertirte en un mago, pero el mago necesitará siempre del truco, necesitará ayuda, necesitará saber qué se oculta detrás de lo oculto, necesitará descorrer el velo de lo que nos está velado para nuestra protección, necesita violar las leyes naturales, necesita usar una realidad oculta y vulnerar el camino recto del humano.
No hagas eso, no es aconsejable, no podrás estar todo el tiempo alerta, no sabes en dónde te metes. Simplemente no sabes.
Sabes que no sabes y no sabes exactamente qué es lo que no sabes porque no lo sabes. Share on XAcepta, mejor, la incertidumbre.
Sabes que no sabes y no sabes exactamente qué es lo que no sabes porque no lo sabes.
Así que sé humilde.
No te vanaglories de tu humildad o no serás humilde y volverás a saltar de la incertidumbre a lo incierto.
Piensa que quien abraza la incertidumbre no es un kamikaze, alguien que se arriesga a cualquier cosa, que se lanza al vacío, que no tiene temor, que no conoce el miedo y las consecuencias de sus actos.
La incertidumbre, la duda, el no saber qué pasará es parte de la vida.
Solo puedes, desde la humildad, proyectar, planificar, imaginar, usar tu libre albedrío para realizar tus elecciones y aceptar lo que sea como tenga que ser.
Cálmate, para la máquina de control, no te desesperes, no hagas un drama por lo que es.
Abrazar la incertidumbre es un acto de fe.
Y solo con un salto de fe podrás dar el siguiente paso con confianza.
Confianza significa ‘con fe’ etimológicamente hablando
La fe es lo único con lo que podrás contar cuando los momentos más difíciles de máxima incertidumbre te amenacen.
No es poca cosa, créeme, es la mejor arma que tienes y la que más debes amar y bendecir.
Leandro Ojeda López