Que vivas en este mundo no significa que debas seguir todo lo que haga el mundo, si la corriente te lleva a un suicidio o locura colectiva, es loable que seas un salmón.
No estás ni a las puertas de la locura.
Estás lejos, cada vez más lejos, alejándote cada día más de la locura.
Vas al encuentro.
Te mueves con dificultad entre la confusión y el engaño intentando hallar heroicamente la verdad.
Vas al encuentro de la verdad, al encuentro de lo auténtico, al encuentro de lo genuino, al encuentro de ti, de tu ser y de la verdad que ves al ver los ojos de tus hermanos.
Al principio, cuando te diste cuenta de que estabas en una búsqueda ciega y sin objeto, te abocaste a correr, simplemente a correr hacia donde te llevara la carrera.
No te importó hacia dónde, ¿por qué te habría de importar?
Ni siquiera te importó ser acusado de huir, ¿por qué te habría de importar huir de la locura sin conciencia de sí?
No estás loco, estás al encuentro de tu propio ser, de tu sentido vital, de tu felicidad, de tu contribución a este mundo; aunque de momento sientas que no eres capaz de encontrar absolutamente nada, aunque sientas que estás completamente perdido en el desierto de las almas perdidas, aunque te sientas enfermo de fiebre por la incertidumbre del camino… sigue.
No importa que sientas que no te encuentras, que no encuentras lo que buscas o que aún no sabes muy bien qué buscas.
Hay momentos en los que lo único que ha de importar es salir de donde estás al haberte dado cuenta de que te encontrabas en un pantano o arrastrado por una muchedumbre zombi que se precipitaba al vacío.
Ahora eres esto que no entiende la razón del desencuentro pero que sabe que jamás habrá verdadero encuentro si no coge la valentía de calzar el cinturón de la verdad y caminar en la dirección que antes te parecía incorrecta.
Caminas algo desconcertado, solo acompañado de la fe en que encontrarás finalmente el camino si te apegas en todo momento a lo verdadero.
No estás loco en absoluto.
Nada está más alejado de la locura que no encajar ni pretender encajar en un mundo que se ha alejado de la vida, un mundo que ha pavimentado la tierra para evitar todo contacto con la vida.
Nada es más cuerdo que no permitir dejarse atrapar por un mundo que se inventa espiritualidades de consumo rápido para conectar con falsos cielos, con cosas que ni saben lo que son ni el peligro que entrañan; mientras se olvida de lo más elemental, de su propio centro de gravedad y el peso de su cuerpo, de comprender sus emociones, de germinar buenos sentimientos, de limpiar su mente de inmundicia, de alimentar su espíritu, de sonreír a la sonrisa de un niño, de contemplar con amor la breve vida de una rosa, de saludar al vecino, de amar a su prójimo, de no callar ante la injusticia, de denunciar la mentira, de hacer acto de introspección y desterrar la malicia.
Imágenes: Emma Powell
No estás loco por no dejarte atrapar ni por la nueva era, ni por las ideologías de moda, ni por la cultura bienpensante, ni por lo políticamente correcto.
Has seguido las modas y has abrazado contradicciones de bulto, sin coherencia, contrapuestas, sin sentido, sin lógica, buscando una felicidad de azúcar rosado y caramelo artificial y caducado.
Te has pasado del culto al cuerpo, al culto a la mente y has acabado en el culto al espíritu.
Has ritualizado y cultivado cultos incultos y paquetizados con marketing y esperanzas egoístas y vanas.
Te has vanagloriado de tu evolución, de tu superioridad espiritual que te hacía ‘amar incondicionalmente’ a esos ‘imbéciles’ que no se daban cuenta de nada.
Ahora te das cuenta, y se te nota en el rostro, se te nota en tus lágrimas, se te ve en esa humildad renacida, en ese arrepentimiento sincero y hondo, en ese querer buscar la verdad aunque sea lo último que hagas en la vida.
¿Qué otra cosa podría tener más valor que ocupar tu única vida en vivir una vida verdadera?
¿Qué objetivo más sagrado puede haber que abrazar la verdad aún a costa de ser tachado de loco?
No estás loco, claro que no, estás de tu lado, estás del lado del bien, estás del lado de tu corazón y de todos los corazones hermanos que vibran entre el ruido amando y cultivando razones ciertas para existir.
No estás loco y no estás solo, busca a tus hermanos porque están allí cerca de ti buscando otro corazón junto al que redimirse.
No estás loco por ser parte de los cuerdos militantes del sentido común.
Y no te creas eso de que ese sentido es el menos común de los sentidos porque es al revés, puede que no esté de moda, pero es ese sentido innato que te hace sentir una coherencia y gratitud que ningún otro te puede proveer.
No estás loco, hermano, por ser un militante del sentido común, un amante de la verdad, un alma que se ofrece al prójimo sin condición, ni interés, ni expectativa de gratificación.
Leandro Ojeda López
GENIALLLLL GRACIAS!!!!!
Muchas gracias, Caro, de corazón.
A ver si cunde el ejemplo, y si no, pues ná…Seguiremos no locos y disfrutando inquietantemente.
Así es. Muchas gracias por tu comentario.
Hacia mucho que no leía algo con lo que me sintiera identificado. Mucha psicologia, mucho new age, etc. Y yo ahi sintiendome incomodo. Hasta mi novia me dice q le llama la atencion como busco en las cosas de todos los dias el mundo y yo me creia re inferior por no encajar ni entender todas esas creencias express. Gracias!
Excelente.