El poder que estás buscando desesperadamente no es ese empoderamiento todopoderoso, ese no es humano; el que buscas en verdad es el que tienes en ti desde siempre, el humano, ni más ni menos.
Estás viviendo una época agitada.
Por todos lados te agitan para que juegues al súper héroe.
Haz de trazarte metas, objetivos, puntos de llegada elevados; planificas los caminos que te llevarán al éxito y la felicidad.
Comienzas con entusiasmo y, de a poco, se te empiezan a caer las esperanzas, los plazos se te abalanzan y el calendario te juega en contra a todo meter.
Lees un artículo en la red que te habla de la excelencia que has de perseguir, otro que te explica la ley de atracción, otro que te ordena que ‘tú sí puedes’, ¿cómo no vas a poder?
Si no atraes lo que quieres será que no lo quieres realmente. Si atraes desgracia será que no vibras en la frecuencia adecuada, aunque quien te lo diga no tenga ni idea de qué es una frecuencia y tú acabes confundiendo la vibración con un vibrador.
Al final lo que consigues es sentirte peor que cuando decidiste emprender una mejora inmejorable en tu vida.
Pero no desfalleces y ahí te mandas a caminar sobre el fuego, te tiras de una montaña en parapente, te metes en una jaula de leones y pasas una noche en un bosque solitario. Has podido superar todas esas pruebas y te sientes súper bien un buen rato hasta que el miedo a meter tu tarjeta en el cajero, pasar delante de un perro o presentar una queja en una oficina te paraliza.
Otra vez todas estas pruebas no te han servido para nada. Ahora te sientes más inútil, más infeliz y el único a quien las técnicas milagrosas de ‘cambie de hoy para mañana’ no le han funcionado.
Hay mucha confusión en torno al empoderamiento. Los ‘sí puedo, el ‘si yo puedo tú puedes’ no son más que frases sin contexto ni fundamento sólido. Hay mucha irrealidad, mucha fantasía, mucho miedo, mucho engaño y muy poca alma en todo esto.
Tienes que saber que te están mintiendo y que te autoengañas. Lo más seguro es que no te mientan intencionalmente, lo más probable es que quien te miente lo crea y también se engañe.
Me gustaría poder invitarte a que pases un día en los zapatos del gurú del éxito que todo lo puede; seguro que te sorprenderías, probablemente descubrirías a un igual, tal vez intentarías cogerle la mano, abrazarlo y pedirle que deje explotar su llanto en tu regazo.
Es tiempo de parar.
Es tiempo de ir despacio.
Es tiempo de ir a favor del tiempo.
Es tiempo de amar el tiempo.
Para ir deprisa has de ir lento.
Si luchas contra el tiempo, el tiempo se defenderá y te retirará su esencia.
Si amas al tiempo, él te amará y serán el uno para el otro.
El tiempo y tú irán de la mano como en una película romántica.
Recupera tu poder, pero tu poder de verdad, no el de la imagen externa, el medio poder, el supuestamente todopoderoso.
Recupera tu poder entero, el que es tuyo, ni más ni menos.
Recupera ese poder que perdiste buscando el empoderamiento.
Abandona esa lucha por el poder y simplemente puede lo que puedas.
Admite que también no puedes.
Recupera tu poder de ‘no poder’.
No renuncies a tu poder del ‘no puedo’.
Para recuperar tu poder, has de empoderarte reequilibrando tu poder propio y natural.
Empoderarte sanamente es también comprender que si ahora no puedes, tienes el poder de admitir que no puedes.
Renuncia a tu súper objetivo que no te deja ni dormir, hazlo más pequeño, abórdalo si puedes y si no, déjalo.
Tal vez no era realmente tu objetivo, tal vez no era un objetivo alcanzable en este momento, tal vez aparezca uno mejor en cuanto lo sueltes. Tal vez, incluso, vuelva el mismo objetivo pero fortalecido y mucho más grande sin que te des cuenta cómo. No sabes, pero sabes que no puedes y ese saber ya es mucho poder.
Renuncia a la meta de lograr metas.
Renuncia al objetivo de cumplir un objetivo.
Cuando fuerzas aún sintiendo que no puedes, la meta se acaba desplazando a un lugar absurdo.
Ya no es lo que hay en la meta lo que importa conseguir, sino que la meta es conseguir la meta en sí misma sin importarnos lo que contenga y si nos sigue valiendo.
La meta se transforma en cumplir la meta. Es ridículo.
Recupera tu poder de no poder.
Así estarás en posesión de tu poder real.
Estás agotado, no puedes continuar así.
Échate a descansar, hoy no puedes simplemente, mañana tal vez.
Leandro Ojeda López